
Alejo dejó ver desde muy pequeño que tendría una personalidad fuerte, como era de esperar con nuestra combinación genética, ya que tanto su papá como yo somos, como diría mi tía, «mandaditos a hacer». Así que, en su edad preescolar, como mamá, sufrí mucho cuando comenzó a descubrir su individualidad. Los momentos de «no», «no quiero»,...